«Debemos detectar y solucionar las posibles repercusiones emocionales y de todo tipo, que a lo largo del periodo de cuarentena y falta de socialización que los niños y niñas han sufrido desde marzo, se hayan podido producir en un alumnado que se encuentra en una edad clave para su desarrollo emocional posterior»
Juan Ramón Lagunilla es Secretario General de la Liga de la Educación, lleva trabajando en el ámbito de la educación más de 40 años. Esa experiencia fue la que le llevó a formar parte de la Liga de la Educación y fundar la Liga Palentina en 2007.
Con el objetivo de construir ciudadanía social, la Liga de la Educación cimenta sus valores en la solidaridad y la laicidad para defender el derecho de todas las personas a una educación pública y de calidad como base para la igualdad de oportunidades, buscando promover también el éxito escolar. Así considera la educación la herramienta más preciada para eliminar las desigualdades sociales y los factores de discriminación asociados.
En esta entrevista Juan Ramón valora cómo recibimos en la Liga de la Educación el comienzo de curso, qué expectativas y retos afrontamos en la defensa de la educación en la complicada situación que nos ha dejado la pandemia COVID-19
¿Cómo estáis viviendo desde la Liga de la Educación el comienzo de curso?
Con cierta preocupación, pero también con ilusión y esperanza. La preocupación está originada por la situación provocada por la COVID-19 y las posibles consecuencias derivadas de esta pandemia. Con ilusión y esperanza porque todas nuestras educadoras y educadores han puesto todo de su parte para que el comienzo de curso se realice con las mayores garantías de seguridad para los niños y niñas.
La Liga de la Educación gestiona centros de educación infantil en contextos desfavorecidos, ¿Cuáles son los mayores retos de estos contextos para mantener los niveles de escolarización y garantizar el derecho a la educación de niños y niñas?
En una situación de normalidad, los niños y niñas que viven en contextos desfavorecidos social, económico o de cualquier otro tipo, necesitan siempre una especial atención. Estas necesidades se hacen más perentorias en esta nueva normalidad. Nuestra obligación es luchar para conseguir que las posibles desigualdades desaparezcan, o al menos que se minimicen. Que nuestros centros sean contextos seguros y amables; una alimentación sana y equilibrada; relación y colaboración con las familias; atención a la diversidad, son algunos de los compromisos con los que lucharemos para garantizar el derecho básico a la educación, sea cual sea su procedencia social.
¿Y los retos de la educación infantil de 0 a 3 años en el contexto COVID?
Detectar y solucionar las posibles repercusiones emocionales y de todo tipo, que a lo largo del periodo de cuarentena y falta de socialización que los niños y niñas han sufrido desde marzo, se hayan podido producir en un alumnado que se encuentra en una edad clave para su desarrollo emocional posterior. Creemos que casi nadie se ha preocupado de analizar que ha pasado en esas pequeñas cabecitas por culpa de esta situación tan difícil para todos.
¿Cómo quiere abordar la Liga de la Educación estos retos? ¿Qué es necesario para ello?
Con ilusión, entrega y cooperación. La ilusión y entrega está garantizada por nuestras educadoras y educadores, y por toda la organización puesta al servicio de estos objetivos. La cooperación esperamos tenerla por parte de las administraciones, y estamos seguros de conseguirla con las familias. No podemos olvidar que es obligación de toda la sociedad conseguir una educación de calidad para los niños y niñas desde el principio de su vida, y a lo largo de toda ella. En la Liga lo tenemos muy claro. Esperemos que el resto de implicados también lo tenga.
¿Crees que la forma de abordar estos retos es similar en zonas rurales y urbanas?¿Qué debemos tener en cuenta?
Con pequeños matices que hacen que en algunos casos sea más fácil en el entorno rural, en mi opinión no es tan distinto como pudiera pensarse en un principio. Los niños y niñas necesitan la misma dedicación y cariño vivan donde vivan.
¿Cómo crees que ha afectado el COVID a los derechos de la infancia, ¿los ha actualizado?
Pues probablemente sí que haya afectado. No es lo mismo pasar la cuarentena en una vivienda amplia y con todo tipo de comodidades y con las necesidades básicas cubiertas, que en una pequeña y mal equipada y sin tener garantizadas esas necesidades. No puede ser igual para un niño pasar semanas encerrado en casa con un ambiente familiar de cariño y dedicación, que en otro en el que las relaciones interfamiliares pueden ser tensas y destructivas. Es muy importante que, ante estas situaciones, estemos muy vigilantes para poder seguir garantizando esos derechos o, en su caso, restituirlos.
¿Cuáles crees que son las mayores urgencias a nivel político para seguir garantizando el acceso a la educación?
Es fundamental que la sociedad comprenda que lo que se gasta en educación es una inversión y no un gasto. Es urgente recuperar el valor de la educación como ascensor social, y para ello tenemos que tener claro que es imprescindible una educación pública para todos y todas, de calidad, gratuita y laica. Si queremos para nuestro futuro una sociedad cohesionada y solidaria, tenemos que educar a nuestros niños y jóvenes en el respeto y la solidaridad. En los momentos de crisis, y éste es uno de ellos, el valor y la importancia de la educación, es aún más evidente. Y educar es algo más que enseñar. Es urgente que se potencie la educación para la salud, incluida en este concepto la educación afectiva sexual, y educar en la igualdad y en la interculturalidad. En resumen, hay que dar la importancia que se merece a la educación en valores cívicos y democráticos, para construir verdaderos ciudadanos. En la Liga Española de la Educación lo tenemos muy claro, y en esa línea vamos a seguir trabajando.