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Una educación afectivo-sexual integral, esencial para prevenir el VIH

Este martes, la Liga de la Educación impartió en Fuenlabrada una jornada de buenas prácticas para la prevención del VIH, que complementa el curso online para profesionales de la salud y la intervención social Estrategias de intervención en la prevención del VIH con jóvenes vulnerables, en marcha desde agosto.

Inauguraron las intervenciones Francisco Paloma, concejal de Juventud e Infancia, Formación y Empleo y Comunicación del Ayuntamiento de Fuenlabrada, y Victorino Mayoral, presidente de la Liga de la Educación. Enmarcada en el proyecto CEJOS-Prevención de ITS/VIH en jóvenes especialmente vulnerables, la jornada estaba compuesta de una ponencia central sobre nuevas estrategias en prevención con población joven, que fue impartida por la responsable de Educación de Apoyo Positivo Fuensanta Pastor, y tres mesas colaborativas en las que se compartieron experiencias después. La jornada fue moderada por María Miranda y Raquel Santos, coordinadoras del centro Juvenil de Orientación para la Salud (CEJOS) de Fuenlabrada y del Proyecto de Prevención del VIH en jóvenes en situación de vulnerabilidad, respectivamente.

«El VIH un problema que no está resuelto», explicó Mayoral. Actualmente sigue habiendo una media de 3.500 infecciones nuevas al año. «Es una insuficiencia del sistema educativo. En el caso de Fuenlabrada, la población juvenil, de 10 a 35 años, representa al 40% de la población. Y no tienen los recursos formativos necesarios ni información» suficiente de cara a mantener relaciones sexuales tempranas.

Durante la conferencia centra, Fuensanta Pastor expuso la necesidad de que el trabajo en este ámbito se centre en la prevención, y reclamó que no exista la educación sexual como tal en las escuelas. «Los menores son una población vulnerable en salud sexual». El problema no es la falta de información, sino la falta de sensibilización, matizó. «Los jóvenes han perdido el miedo al VIH, como ahora no es una enfermedad de la que vayamos a morir… O quizá sea lo que les estamos enseñando, ¿lo estamos haciendo bien? Yo no quiero que las personas jóvenes tengan miedo, el miedo no funciona como método de prevención».

El problema fundamental, explicó Pastor, es que reciben una educación afectivo-sexual «muy deficitaria». «Debe promoverse que esta sea de calidad e integral, y que no se pongan parches sino soluciones reales», y que se tengan en cuenta todas las realidades relacionadas con identidad sexual o diversidad funcional. «También debemos conocer nuestros derechos sexuales y reproductivos, para poder denunciarlo si se vulneran».

Intercambio de buenas prácticas

La segunda parte de la jornada se desarrolló con la dinámica de trabajo colaborativo World Café. A través de tres mesas de trabajo se compartieron reflexiones, propuestas, oportunidades y líneas de acción en torno a tres temáticas: estrategias de Intervención con jóvenes en la prevención del VIH a nivel individual, a nivel grupal y factores de protección.

 

La participación del alumnado del ciclo formativo de Integración Social facilitó que la dinámica fuera muy enriquecedora: dio la oportunidad de intercambiar puntos de vista entre profesionales que trabajan con jóvenes en la prevención del VIH, con chicas y  chicos de entre 17 y 18 años que aportaron su visión estratégica sobre el tema gracias a su doble perfil, por un lado personas jóvenes destinatarias de las estrategias que se estaban debatiendo, y además personas que se están formando como profesionales de la intervención social.

Estos fueron algunos de los debates que se recogieron en las mesas en las que participaron 32 personas: La indetectabilidad como estrategia preventiva, la necesidad de combatir el estigma hacia el VIH y el derecho de las personas a vivir su sexualidad como decidan pero desde la responsabilidad en la prevención de infecciones, o el enfoque de género, imprescindible en cualquier intervención con jóvenes.