El pasado miércoles 8 de marzo, el programa Conjunto de Acciones para favorecer la Interculturalidad (CAI) de Murcia celebró el Día Internacional de la Mujer con amigas de la Asociación Cultural “Siete Torres” y con la Junta Municipal en Puente Tocinos.
Queríamos provocar un encuentro vecinal lúdico y reivindicativo, así que llamamos la atención de las vecinas, contando un poco la idea, pero dejando espacio a la imaginación y curiosidad. El día clave nos acercamos al Centro Cultural de Puente Tocinos y nos plantamos en la plaza contigua, para aprovechar la amplitud, la cercanía al centro de mayores, las terrazas de los bares aledaños y la mayor presencia de viandantes.
Las chicas de la asociación “Siete Torres” trajeron poemas gigantes escritos por pensadoras importantes en la historia de España, nos deleitamos con bellas palabras que hablaban de libertad, sueños y empoderamiento. Por su parte, la vicealcaldesa de la Junta Municipal atrajo a jóvenes participantes en un concurso literario del instituto para compartir sus relatos con las allí presentes, amenizó el evento con música y chocolate con churros y además dispuso lo necesario para pintar un banco de la plaza de color lila. Cabe decir que este banco está junto al banco multicolor que pintaron hace tiempo; juntos conforman un bonito alegato a la diversidad y la igualdad.
Por último, yo, Julia, técnica del programa el Murcia, coloqué un gran papel continuo con el que creé un “Muro de Pensamientos”. Aproveché la concurrencia y un micrófono que cayó en mis manos para animar a las vecinas a expresar sus ideas e implicarse en la construcción colaborativa del muro. En la invitación a participar hubo una sola premisa: advertir que no hay verdades absolutas y que el feminismo es de todas, todos, todes, todis, etc. Para ello también planté dos bases para la acción, dos frases iniciales escritas por la filósofa y activista afroamericana Ángela Davis: “No hay un feminismo, sino muchos” y “el feminismo será antirracista o no será”. De esta manera, se construyó el muro sobre la base de la inclusión y la diversidad de ideas, personas y culturas.
El evento fue más que reivindicativo, fue un encuentro agradable, simpático y constructivo, en el que las vecinas disfrutaron, comieron y bailaron al tiempo que compartieron ideas y menearon sus cuerpos y mentes al son del empoderamiento femenino intercultural.
