Como parte del trabajo que venimos desarrollando dentro del proyecto de Buenas Prácticas, conocemos el proyecto de Alfabetización y Aulas de Español que gestiona la Liga Española de la Educación y la Cultura Popular.
Un proyecto que tiene como objetivo, mejorar la competencia comunicativa en español del colectivo migrante que facilite su inclusión real y efectiva en la sociedad española. Esto, se hace a través de actividades que trabajan el conocimiento y la cohesión de grupo y actividades que fomentan la interculturalidad y la convivencia. En los centros se ofrece las personas que se acercan, información y orientación para la prevención de actitudes discriminatorias, racistas o xenófobas, información cultural de usos y costumbres, visitas grupales a lugares de interés, información y derivación y actividades específicas de fomento de la perspectiva de género y se establecen mecanismos de trabajos en con otras entidades.
El proyecto, además de en Móstoles y Parla, se desarrolla en Alcalá la Real (Jaén), Quart de Poblet (Valencia), San Bartolomé y Santa Lucia de Tirajana (Las Palmas), Talayuela (Cáceres) y Móstoles. Financiado por el Fondo de Asilo, Migración e Integración de la Unión Europea y el Ministerio de Trabajo Migraciones y Seguridad Social, todas las oficinas de consulta se encuentran en espacios cedidos por los ayuntamientos correspondientes.
Para conocer un poco más el trabajo que se hace en las aulas de alfabetización hablamos con la técnica que desarrolla el proyecto, Natividad García Padilla, en el Centro Municipal Parque Coimbra en Móstoles.
P. ¿Por qué y cómo empezasteis a realizar el proyecto?
R. Tenía experiencia y formación en dar clases de español a migrantes adultos, así que, cuando surgió la oportunidad de dar clases de español a menores migrantes en un colegio de Lavapiés, empecé a trabajar en Liga Española de la Educación y la Cultura Popular, de eso hace quince años. En 2006, empecé a trabajar en el programa Alfabetización y clases de español para personas migrantes en Alcorcón, donde tenía 10 horas a la semana, que aumentaron hasta 30 en 2015, año en que se empezó el proyecto en Parla, donde en la actualidad atiendo a 98 personas en varios grupos. También trabajo en Móstoles con dos grupos de mujeres en situación de alta vulnerabilidad social.
P. ¿Dónde ponéis el foco en vuestra intervención? ¿Cuáles son vuestros valores a la hora de intervenir?
R. El foco de nuestra intervención, es el establecer un buen vínculo con las participantes y la calidez en la relación. Creo que funciona, pues la continuidad de las personas que participan en el proyecto es elevada.
En clase, me parece que hay que crear un puente entre la cultura de las y los participantes y la nuestra, y apoyar en sus gestiones y nuevas rutinas diarias. Incidimos en su vida cotidiana, intentando dar respuesta a sus necesidades más inmediatas en los espacios que ocupan, y que son nuevos para ellas y ellos. Por otro lado, gracias a ese vínculo del que hablaba, saben que siempre pueden encontrar apoyo y acompañamiento, convirtiéndonos en un referente.
En las clases programamos unas actividades y un currículo académico, pero nos basamos mucho en los aprendizajes significativos, por lo que aprovechamos cada intervención, pregunta o comentario para crear un diálogo lo que hace una intervención más viva y dinámica.
Debido al tipo de alumnado que tenemos tan heterogéneo, las clases tienen que ser muy individualizadas intentando dar a cada persona lo que necesita, respetando sus ritmos, necesidades y posibilidades.
Además, intento remarcar más las similitudes, lo que nos acerca, que lo que nos diferencia. Tenemos muchas más cosas en común de lo que creemos, aunque procedamos de diferentes países. Al tener una relación de confianza, en clase puedo plantear cualquier tema y lo debatimos en su complejidad, aunque no estemos de acuerdo.
Por otro lado, debido a este tipo de relación, cuando las participantes, acaban las clases, siento una ruptura afectiva que no obstante he aprendido a manejar. También procuro fortalecer la autonomía de mis alumnas y alumnos, para que no dependan de mí a la hora de desenvolverse.
P. ¿Con qué dificultades os encontráis?
R. Una de las dificultades que encuentro, es cuando las alumnas vienen con sus hijas e hijos, es muy distorsionante a la hora de dar las clases o tratar ciertos temas, la solución para facilitar la conciliación, podría ser la creación de espacios para los y las menores.