La Liga Española de la Educación y la Cultura Popular participó este miércoles en la inauguración de la segunda residencia universitaria de mujeres construida en el campus de la Universidad de El Salvador en San Miguel. Este nuevo edificio permitirá que, en total, unas 36 mujeres procedentes de contextos vulnerables puedan continuar con sus estudios superiores.
Este nuevo edificio forma parte del proyecto «Garantizado el derecho a la educación superior en condiciones de igualdad de las estudiantes de La Facultad Multidisciplinaria Oriental de la Universidad de El Salvador , 2ª Fase», financiado por el Ayuntamiento de Madrid y ejecutado por la Asociación Intersectorial para el Desarrollo Económico y el Progreso Social (CIDEP), la Universidad de El Salvador y La Liga de la Educación. Todas las entidades han estado presentes en la inauguración.
En la primera fase del proyecto, se construyó una primera residencia para mujeres con bajos recursos económicos, se desarrolló un diplomado sobre diversidad sexual y se construyó un Centro de Bienestar Infantil para brindar un entorno seguro a hijos e hijas de estudiantes y personal, entre otras muchas actividades con enfoque inclusivo y de género.
Una colaboración estable y exitosa
El acto se desarrolló de manera mixta (con una mesa de honor presencial y otra virtual) y pudo seguirse también por videoconferencia. En él estuvieron presentes autoridades locales, académicas y sociales, además de medios de comunicación y representantes de otras instituciones y organizaciones que han intervenido en el proyecto.
La inauguración de este nuevo edificio es el último hito de una colaboración sólida y estable entre las citadas entidades. Así lo recordó en la mesa inaugural Javier Martín Nieto, subdirector general de Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Madrid, que destacó la apuesta del consistorio por la “solidaridad”, especialmente en el campo de la educación: “A nuestro Ayuntamiento le preocupan las personas, sean de donde sean”.
Javier Pueyo, director gerente de la Liga Española de la Educación, aseguró que desde la entidad creen “firmemente en el poder de la educación como herramienta transformadora”, un compromiso que les ha llevado a impulsar proyectos que son símbolo de “dignidad, igualdad de oportunidades y futuro”. Por su parte, Laura Gómez Espejo, responsable de Cooperación de la entidad, se confesó “llena de emoción” tras observar cómo muchas mujeres “han cambiado a mejor su vida gracias a este espacio”: ”No solo queremos que se haga un proyecto, sino que los beneficios del mismo permanezcan cuando haya terminado”.
Mario Paniagua, director ejecutivo de CIDEP, destacó la importancia del “enfoque de género” y la “gratuidad” de la residencia. A su vez, recordó que esta segunda fase “no supone solo la construcción del edificio y el equipamiento, sino también la atención psicológica que se proporciona a las estudiantes o las campañas sobre violencia de género donde participan muchos actores”.
Un proyecto que cambia vidas
Después, fueron dos residentes las que relataron su experiencia como usuarias. Meybel Beatriz Santos Rivas reconoció que poder formar parte del proyecto ha sido «muy especial”, gracias a la comunidad que han creado. “Vengo de un lugar donde el acceso es difícil. Sería más complicado estudiar si no tuviéramos nuestro espacio aquí”, ejemplificó sobre las trabas económicas, en el transporte o incluso, en su seguridad personal que cada día se encontraban estas mujeres para poder acudir a la universidad.
Por su parte, la estudiante Abigail Escobar Hidalgo recordó el “estrés físico y emocional” que suponía para una mujer como ella continuar con sus estudios superiores: “Aquí contamos con un espacio seguro y un ambiente digno que nos permite enfocarnos en nuestras necesidades académicas”. “Esta residencia es una muestra visible de compromiso, especialmente, para aquellas que venimos de contextos de vulnerabilidad económica y social”, remató.
Por último, intervino Juan Rosa Quintanilla, rector de la Universidad de El Salvador, que reivindicó el papel de la universidad pública «a la que acuden las personas que no tienen la posibilidad de pagar una universidad privada” y puso en valor el papel “fundamental” de la cooperación en la sostenibilidad de los procesos de aprendizaje de muchos alumnos y alumnas.
Para finalizar, se realizó el corte de la cinta inaugural, se destapó una placa y se realizó un ‘tour’ por las diferentes instalaciones de las residencias y del Centro de Bienestar Infantil, un paseo en el que los asistentes pudieron comprobar de primera mano todo el trabajo realizado.











