Hola, me llamo Fátima, vine a Talayuela porque mi marido ya estaba aquí desde hacía 11 años y hace 7 que llegamos mis hijos y yo.
Las condiciones de vida que teníamos allí, en Marruecos, no eran ni son buenas. Mi marido trabaja en las campañas del campo, mi hijo mayor no puede trabajar porque padece una enfermedad mental, y como tiene que estar tomando medicación, no puede trabajar . Si un día deja de tomarla se pone muy agresivo, destroza la casa, nos agrede. Mi hija y el pequeño están en el instituto, son buenos estudiantes.
Aquí tengo a mi hermano con su familia, en Marruecos está mi madre, procuro hablar mucho con ella, pero no le puedo contar todas las cosas que quisiera porque es una persona mayor y ha sufrido mucho.
Cuando llegué a Talayuela, la verdad es que no noté mucha diferencia, porque aquí viven muchas personas de mi pueblo, o de cerca; lo que sí noté enseguida es que aquí mis paisanos y paisanas se comportan de una forma que no me gusta, pues nos controlan todo, como vivimos, donde vamos, con quien hablamos; si voy a clase o al médico, enseguida se lo cuentan a los maridos o hermanos, estoy segura que no con buenas intenciones.
Aquí vivimos como si estuviéramos en nuestro pueblo, tenemos muchas tiendas marroquís, locutorios, tetería.
Me gusta mucho como viven los/as españoles/as, son muy buena gente, más que mis propios paisanos y paisanas que si no hay dinero por medio, no te ayudan. El piso donde vivimos es bastante viejo, por eso estamos buscando otro, pero el alquiler está muy caro.
Me gustaría volver a mi pueblo, pero solo de vacaciones a ver a mi familia y nada más. Aquí hemos encontrado un futuro para mis hijos.
Como yo tuve que dejar los estudios en Marruecos muy pronto, me ha costado mucho aprender a hablar y leer en español, pero encontré a la Liga Española de la Educación donde se impartían clases de Alfabetización y Español y con mucha paciencia por parte de Aziz y Lola, lo he logrado.
