Soy Malika, llegué a España hace más de 25 años. El primer lugar donde estuve fue trabajando en Huelva en las campañas de la fresa, pero no regrese al finalizar la campaña, y eso que había dejado a mi hija de unos meses en Marruecos con mi madre. Unos compañeros me hablaron de Talayuela y aquí me vine, al principio estuve viviendo en casas de diferentes familias marroquíes, eran muy pocas las que había entonces en Talayuela. Grupos de hombres compartiendo piso, si que había, pero familias, no. Pasaron los meses y mi pasaporte había caducado, yo tenía mucho miedo por si me paraba la policía y me pedía la documentación, eso suponía mi deportación y yo tenía que trabajar en lo que fuera para poder mandar dinero a mi familia para mi hija.
Una mañana se presentó en la casa en la que estaba un hombre español mayor, y me dijo que si quería se casaba conmigo, yo era joven y guapa ¡! Madre mía de la que me libre ¡! Yo no lo conocía de nada, pero era la solución a mi problema, cuando me dirigía con él a ver su casa, me encontré con una paisana que iba con una mujer española, mi paisana se paró y me preguntó, y yo se le conté todo. En ese momento yo no hablaba casi español, pero la mujer española que ya entendía bastante el marroquí y mi paisana me hicieron ir a la oficina de la española; allí me hablo y me hizo prometer que para nada me podía ir con ese hombre, y así lo hice. Han pasado los años, hoy tengo la nacionalidad española, al poco tiempo pude traerme a mi hija y también tiene la nacionalidad, en estos años mi vida ha cambiado mucho, tengo mi casa, mi coche, trabajo mucho y llevo ya unos años trabajando en un restaurante muy importante en Jarandilla de la Vera y mi hija también. He vivido buenos y malos momentos, pero lo que si tenemos claro, tanto mi hija como yo, es que a Marruecos solo volveremos de vacaciones, somos españolas y nos encanta España.
La mujer española no quiere que diga su nombre, solo deciros que me salvo la vida, gracias, mil gracias.
