El pasado 19 de marzo, con motivo de la conmemoración del “Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial”, nos juntamos en la plaza San Pío X vecinos y vecinas de la localidad murciana, entidades locales y asociaciones culturales y juveniles, para celebrar un encuentro lúdico y reivindicativo, y como parte del programa Conjunto de Acciones para favorecer la Interculturalidad, CAI, de la Liga.
El día amanecía gris y con amenaza de lluvia, pero no había impedimento, todos y todas teníamos las ganas y la fuerza de aunarnos contra el racismo. La complicidad ya se palpaba en el ambiente antes de que llegaran los/as vecinos/as; la ilusión se materializaba en las conversaciones y la ayuda mutua en la preparación del evento.
De repente, una explosión de alegría inundó la plaza y ésta se llenó en cuestión de minutos. La gente se acercaba curiosa a las mesas de las entidades, dispuesta a participaren la diversidad de talleres que se ofrecían. Confluyeron la artesanía, las manualidades, la pintura, la expresión libre y la información. Para mayor enriquecimiento, disfrutamos de demostraciones culturales de danza y percusión. Y como guinda, una sabrosa degustación gastronómica. La sensibilización intercultural se dio de múltiples formas y colores.
En un lado de la plaza, dibujado en un mural blanco, había un árbol desnudo esperando a ser abrigado. El “Árbol del Racismo” tenía raíces y ramas, que indicaban las causas y consecuencias de este tipo de discriminación tan injusta. Junto a él, hojas de colores dispuestas a servir como impulso por la diversidad y la convivencia pacífica. Multitud de niños y niñas fueron compartiendo ideas y pensamientos de lucha contra la discriminación y las convirtieron en las hojas que vistieron al árbol. También hubo quienes expresaron sus experiencias y visión del problema, quedando plasmadas como consecuencias del racismo en las ramas. Hubo varios menores que iban y venían constantemente con ideas nuevas que querían plasmar y otros que llamaban a los/as adultos/as para que vieran su aportación y también se implicaran en el ropaje del árbol.
Gracias a la iniciativa y empuje de la Asociación “Rumiñahui” y a la implicación de agentes sociales, se pudo dar este encuentro vecinal tan divertido y enriquecedor. Lo fue tanto para participantes como para convocantes, el aprendizaje fue mutuo y la sensibilización compartida.