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Entrevista a Sonia Sánchez, educadora de la Escuela Infantil ‘El Bonsai’ en Fuenlabrada.

«Hemos detectado que niñas y niños han perdido en estos meses de confinamiento algunas rutinas y hábitos que fomentaban su autonomía, por lo que ese será nuestro objetivo durante estas primeras semanas»

Hace casi un mes que dio comienzo el curso en los centros educativos, escuelas infantiles y casas de niños y niñas. El escenario ha estado, y continúa, lleno de incertidumbres y dificultades, a las que la comunidad educativa ha tenido que hacer frente.

La planificación llevada a cabo en los centros educativos durante el período estival, no ha sido suficiente para un inicio del curso seguro; debido a una falta de coordinación con los organismos autonómicos sanitarios, una ausencia de protocolos claros y unos centros educativos sin el personal  necesario para este momento.

Así, los centros educativos han hecho frente a una vuelta a las aulas confusa, desarticulada y en soledad en medio de una crisis de magnitud global. Desde la Liga de la Educación hemos concentrado más que nunca todos nuestros recursos humanos y materiales en nuestras escuelas infantiles para dar la mejor respuesta ante esta situación y que este atípico inicio escolar se realice con total seguridad.

La Liga de la Educación gestiona 13 centros de educación infantil, 3 de ellos en Fuenlabrada. La casa de niñas y niños “El Bonsai” lleva desde 2009 en activo. En estos centros nuestro objetivo principal es el de atención social y educativa a la infancia en el marco de los derechos de la infancia y el trabajo activo en la defensa, promoción, sensibilización y puesta en marcha de todas aquellas actividades que repercutan en beneficio de su calidad de vida, garantizando la igualdad de oportunidades, implicando y haciendo partícipes a las familias.

Las escuelas infantiles se configuran como lugares de vida donde crecer, relacionarse, descubrir, comer, dormir, jugar y ser persona. Consideramos que la etapa de cero a tres años es la más importante en el desarrollo de la persona desde el punto de vista neurológico, psicológico y emocional.

Desde la Liga de la Educación queremos hacer un seguimiento cercano sobre el comienzo del curso y cómo se está desarrollando en nuestros centros. Por ello entrevistamos, por un lado a Juan Ramón Lagunilla, secretario general de la organización, y a Sonia Sánchez, educadora de la Escuela Infantil «El Bonsai» en Fuenlabrada.

 

¿Cómo han sido los primeros días de regreso a las aulas en El Bonsái?

Se han percibido emociones muy contradictorias, por una lado teníamos mucha ilusión por reencontrarnos como equipo y deseosos de reencontrarnos también con los peques y sus familias, teníamos mucho amor acumulado para ofrecer desde el día 14 de marzo que tuvimos que dejar la escuela. Pero por otro lado, había muchos nervios e incertidumbre ante la nueva situación educativa que íbamos a vivir en las aulas. Incluso a pesar de tantos años de experiencia como educadora, llegue a dudar de mi misma… ¿Seré capaz de asimilar y trasmitir la confianza y seguridad que necesitan mis alumnos y sus familias?

¿Y has sido capaz?

La verdad es que las familias estaban muy receptivas y entre todas y todos conseguimos crear día a día un clima de confianza.

¿Qué medidas habéis implementado en el centro para el protocolo Covid?

Hemos estado trabajando en estas medidas desde el mes de junio aproximadamente.

Para ello hemos tenido que leer todas las instrucciones que iban dando las administraciones educativas y trabajar sobre todos los protocolos de los servicios de sanidad pública que nos iban llegando. Con todos estos documentos más los organizativos propios del centro, finalmente hemos desarrollado unos cambios a nivel organizativo que quedan reflejados en las siguientes propuestas:

Se configuran tres entradas a la escuela señalizadas debidamente para mantener las distancias de seguridad; cuando antes sólo había una. 

Se realiza una toma de temperatura a los niños y las niñas y al adulto en el momento de acceder al centro.

Es obligatorio el uso de mascarilla, higiene de manos y calzado con productos virucidas.

Se han diseñado “grupos burbuja o de convivencia”, distribución del uso y disfrute de los patios y espacios para no mezclar grupos de alumnos/a, etc.

¿Qué número de alumnado tenéis por aula?

Cumplimos con la ratio que establece la Comunidad de Madrid.

Nivel  bebés: 8 alumnos/as.

Nivel 1-2: 14 alumnos/as.

Nivel 2-3: 20 alumnos/as.

Como aún estamos iniciando el curso, las aulas aún no se han completado. Pero atendiendo a previsiones, el próximo mes estarán casi todas las aulas completas.

¿Qué adaptaciones habéis diseñado para el trabajo con el alumnado en estas circunstancias?

Resulta muy complicado con niños/as  tan pequeños mantener una distancia de seguridad o que no haya contacto entre ellos, ya que necesitan del otro para descubrir el mundo. Hemos optado por reducir el tiempo de la asamblea, trabajar por rincones o zonas, de modo que podamos atender situaciones individuales, con los menores agobios posibles, por ejemplo mientras unos realizan actividades autónomas, a su ritmo, puedan destinarse tiempos individuales a quienes lo necesiten y así evitamos que estén muchos niños/as  juntos en el mismo espacio.

Es importante también ahora más que nunca no sobrecargar las planificaciones y el transcurso de la vida cotidiana con actividades “maravillosas” que, por desgracia son a veces también poco significativas para los peques. Los más pequeñitos utilizan sobre todo material individual (cajas sensoriales) ya que las necesidades en estas aulas son muy dispares. El tacto, la mirada y el tono de voz son ahora nuestras herramientas para crear apegos seguros y estables, tan fundamentales en estas épocas.

¿Qué cambios habéis reformulado para vuestro trabajo entre los equipos educativos?

De momento han quedado suspendidos los claustros globales, es decir de todo el equipo al mismo tiempo. Nos reunimos por niveles, con un coordinador del mismo que hace de nexo de unión con el resto del equipo. Es verdad que algunos aspectos se ven ralentizados, pero es necesario seguir trabajando y estableciendo criterios comunes en nuestra labor educativa.

¿Cómo os encontráis a los niños y las niñas en su regreso a clase en estas nuevas circunstancias? ¿Habláis de esta nueva situación con ellos/as? ¿Qué respuestas os dan?

La mayor dificultad la encontramos cuando las familias tienen que dejarlos con su profe sin poder entrar al aula, sobre todos en estos primeros días de adaptación y acogida. También observamos que niñas y niños han perdido en estos meses algunas rutinas y hábitos que fomentaban su autonomía, por lo que ese será nuestro objetivo durante estas primeras semanas. Ofrecerles un ambiente de estabilidad en el que aprender y ser educados de una forma constructiva, interiorizando dichos hábitos y adquiriendo una autonomía cada vez mayor en sus acciones.

¿Habéis tenido las primeras reuniones con las familias? ¿Qué aspectos destacarías de ellas?

Sí, la primera semana de curso se llevaron a cabo las reuniones de aula en grupos reducidos y tuvimos las entrevistas con las familias de nueva incorporación. A diferencia de otros años, quizá nos centramos más en explicarles la nueva organización de la escuela intentando trasmitir en todo momento confianza y seguridad. Una preocupación generalizada de las familias son “los grupos burbuja” y su organización también en los horarios ampliados de mañana y de tarde.

¿Consideras que estrategias diseñadas desde la comunidad educativa pueden ayudar a compensar desigualdades?

La escuela tiene como función, entre otras la de desarrollar acciones compensatorias en relación con los niños y niñas que puedan encontrarse en situaciones desfavorables.

¿Cómo se consigue esta compensación? Son varias las estrategias, por ejemplo:

  • Colaboración con el Equipo de Atención Temprana para prevenir problemas, y detectar otros precozmente.
  • Adaptaciones curriculares para los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales.
  • Tutorías y orientación a las familias.
  • Establecer rutinas y fomentar hábitos de autonomía que favorecen el auto concepto de los más pequeños.

No podemos olvidar que la escuela propicia la conciliación laboral y favorece el desarrollo profesional de las mujeres, que sobre todo en épocas de crisis se ven obligadas a quedarse en casa cuidando de los hijos/as y de los mayores.

¿Crees que el impacto del COVID en los derechos de la infancia hace necesaria su actualización/revisión? ¿En qué sentido?

Es cierto que con la situación sanitaria que estamos viviendo, los derechos de niños y niñas (por ejemplo, el derecho a la educación, protección o participación) pueden verse amenazados.

Son muchas las medidas que podemos tomar, pero todas ellas pasan por una mayor inversión en infancia. Dotar a los centros con mejores y más infraestructuras digitales, disminución de los ratios, colaboración con otras entidades educativas y sanitarias, son medidas que pueden paliar el grave efecto físico, emocional y psicológico de la pandemia sobre los niños y niñas.

Al final, todo está relacionado, la pandemia ha dejado sin recursos económicos a las familias más vulnerables, sin trabajar ambos padres se les complica el poder acceder a una plaza en una escuela gratuita, por lo que sus hijos se ven privados de una estimulación temprana y a su vez, se les perjudica en la búsqueda de empleo.

¿Habéis planteado algún modelo de seguimiento e información con las familias durante el curso?

 La escuela tiene en funcionamiento “El Blog del Bonsái” desde hace ya varios cursos, siempre ha sido una herramienta para comunicarnos con las familias y hacerles partícipes de lo que acontecía en la escuela, este curso seguirá funcionando como hasta ahora. Por otro lado, cada aula tiene creado un correo electrónico con los contactos de las familias, para poder establecer una vía de comunicación fluida y que nos permita estar perfectamente informados de la evolución de los niños/as y aspectos a destacar del aula a la que pertenecen.

Teniendo en cuenta las circunstancias en las que nos encontramos ¿Qué medidas consideras prioritarias para garantizar la continuidad del curso escolar?

 La disminución de los ratios, establecer desdobles que nos permitan mantener cierto equilibrio entre la distancia social y las necesidades de interacción de nuestros alumnos/as, información clara y precisa a las familias y extremar las medidas de higiene.